El papel del apego en el coleccionismo.
La dificultad del proceso de reducir una colección de videojuegos.
Este es un artículo que disfrutarás más si te pones los auriculares y mientras lo lees escuchas la música que te propongo a continuación.
Dá igual de lo que sea: películas, cómics, libros, sellos, cromos o, como es mi caso, videojuegos; si eres coleccionista, reducir/simplificar/optimizar una colección es un proceso muy difícil y un auténtico reto personal.
Podría escribir aquí un larguísimo texto sobre psicobiología y psicología cognitiva-conductual al respecto pero no creo que sea necesario (aunque si quieres que profundice en el tema déjame un comentario ), es suficiente que sepas que coleccionar pone en marcha varios mecanismos en nuestro cerebro que, biológicamente, te empujan a generar un vínculo cognitivo con los objetos de dicha colección.
El más importante de estos mecanismos es el apego (o attachment) que puede definirse como un lazo afectivo muy intenso con algunas personas u objetos. Es ese apego a cosas materiales lo hace que te aferres a ellos por la sensación de pérdida que se genera cuando piensas en deshacerte de ellos, que por el valor que realmente aportan a tu vida. Es lo que Jean Piaget, epistemólogo, psicólogo y biólogo; muy conocido por estudiar el desarrollo infantil, acuñó como endowment effect o aversión a la pérdida.
Piaget realizó un experimento en cual un grupo de niños podía elegir como recompensa por realizar una tarea, una taza de colores o una tableta de chocolate. En ese experimento de control, aproximadamente la mitad de los niños eligió la taza mientras que la otra mitad el chocolate. Con otro grupo hizo un pequeño cambio: le dio a los niños la taza primero y luego, al realizar la tarea, les dio la opción de cambiarla por el chocolate. El resultado fue que poco más del 10% quiso cambiar el regalo original (la taza). Con un segundo grupo de niños a los que les dio primero la tableta chocolate con la opción de cambiarlo por la taza la reacción fue exactamente la misma: apenas el 10% quiso intercambiarlo.
El resultado de este experimento demostró que las personas, una vez consideramos un objeto como "de nuestra propiedad", simplemente no queremos desprendernos de ello.
A esto hay que añadir el modo en que, socialmente, los objetos que poseemos nos definen: Algunos objetos nos dan prestigio, posición o estatus y nos hacen sentir importantes y reconocidos (lo que aporta sensación de placer). Otros proporcionan sensación de seguridad (todas esas cosas que guardas para tenerlas a mano por si ¿y si algún día necesito...?, ¿Y si algún día me apetece...?). También Hay objetos por los que sentimos una vinculación afectiva y tienen un significado muy personal, es decir, aquellos que consideras especialmente importantes para tí. Otros ayudan a disparar recuerdos de momentos vividos, o de personas queridas, lo que aporta cierto nivel de placer; o puede que tengas la sensación de que, sin ellos, los olvidarás para siempre (aquí entra en juego otro proceso cognitivo: la nostalgia).
Es toda esta vinculación emocional con los objetos lo que te empuja a retenerlos y dificulta que puedas deshacerte de ellos. Te darás cuenta que tu cerebro (tu biología) lucha contra la simple idea de sacar esos objetos de tu vida porque sentirás sensación de agobio, angustia y remordimientos.
A grandes rasgos y explicado de forma muy básica, a nivel bioquímico adquirir un objeto para tu colección (por ejemplo un videojuego), contemplarla y recrearte en ella genera endorfinas (la llamada hormona de la felicidad) lo que genera placer. Ese placer refuerza la conducta de adquirir objetos lo que te empuja a conseguir más para recibir más placer, entrando así en un círculo vicioso interminable.
O mejor dicho en una espiral viciosa interminable por que el problema es que esta sensación de placer se mantiene solo a corto plazo y además genera tolerancia, lo que significa que cada vez necesitas una mayor cantidad de estímulos para generarla (objetos cuya adquisición te den un chute de endorfina en el cerebro). Es por ese motivo que las colecciones son virtualmente interminables, porque los coleccionistas cada vez necesitamos más, ampliando nuestros criterios de colección, ya que al fin y al cabo adquirir objetos es una fuente de placer (nos hace sentir importantes/seguros o accede a algún recuerdo) y no queremos que esa sensación termine.
Por otro lado, tan sólo el pensar en deshacerte de parte de tu colección genera epinefrina y reduce los niveles de oxitocina (el coctel hormonal de la ansiedad y el miedo) lo que se traduce en todas esas sensaciones que te he relatado un poco más arriba, y que tu mente traduce en preguntas y justificaciones como ¿Y si luego me arrepiento?, ¿Y si me equivoco?, si lo vendo ahora y luego decido que lo quiero recuperar quizá no vuelva a conseguirlo nunca más, si espero un poco seguro que subirá de precio! no quiero venderlo por 100€ ahora y en un año arrepentirme porque si hubiese esperado podría haberlo vendido por 200€…
Probablemente ahora estés esperando que añada la típica lista del tipo: "Los cinco trucos para reducir mi colección sin sufrir". Bien pues esa lista no existe, no hay formulas mágicas ni estrategias infalibles, depende muchísimo de la persona, de su carácter, de su base biológica, de su histórico vital... y muchos factores más.
Lo que sí te puedo decir es que si quieres reducir tu colección de videojuegos, tienes que tener un motivo claro para hacerlo, que generará una convicción fuerte sobre esa decisión, que será lo que te mantendrá firme cuando aparezca el apego, el miedo a la pérdida y la ansiedad; es decir, tienes que estar mentalmente preparado. Si finalmente te decides a ponerte a ello, la mejor forma es no abordarlo de una vez si no de forma gradual.
Ahora ya entiendes a lo que te enfrentas y aunque no va a ser un proceso sencillo, quiero darte ánimos por que una vez consigas romper esa resistencia que genera el apego, la sensación que aparece al deshacerte de esos objetos que coleccionas y realmente no te aportan un valor real (ya sea emocional, de utilidad, de bienestar, económico, social, o del tipo que sea) es de liberación, tranquilidad, paz y sosiego.
Decirte también que yo estoy en ese proceso, así que no descartes que en futuros artículos y/o podcast de Ludonautas hablaré más sobre este tema e incluso puede que relate “mi proceso” y aquello que vaya haciendo para vencer esa resistencia por apego a reducir mi colección. Espero que te sea de ayuda.
Y tu ¿Eres coleccionistas?, Cuéntame más sobre tu colección. ¿Has pensado en reducirla o en deshacerte de parte de ella? ¿Cómo te sientes al respecto?
No lo dudes y deja un comentario ¿Charlamos?
Interesantísimo artículo, Pere. En mi caso, tuve un amago de coleccionismo en su día, pero tras dos o tres años desistí, y ciertamente no me costó nada dejarlo, sintiendo que solo me aportaban espacio físico. Solo guardo (y expongo en vitrina) aquellos videojuegos que me marcan de especial manera, o los que son de mis sagas de siempre; a lo sumo un par cada año. Saludos!